miércoles, 7 de agosto de 2013

Boullywood

Nuevamente escribo aprovechando el viaje en coche, en este caso de Jodhpur a Jaisalmer. Creí que todo el camino iba a ser con Luis y Pupas dormidos, pero dado lo accidentado de estas carreteras, ahora mismo, cuando ya aquí es de noche, estamos los cuatro bien despiertitos.


En nuestro primer día en Jodhpur nos quedamos debatiéndonos entre hacerle caso a nuestro amigo el cazatalentos de Bollywood o si ir a visitar las aldeas bishnoi.

Para resolver todas vuestras dudas, a las 8a.m estábamos en jeep saliendo con rumbo a las aldeas bishnoi. Nuestro salto a la fama tendrá que esperar a otra ocasión.

El guía de nuestro safari nos recogió puntualmente en el hotel y nos metimos en el jeep. Se llama safari pero realmente los únicos animales nuevos que vimos fueron algunos antílopes. Lo interesante fueron nuestras cuatro paradas, en cuatro aldeas distintas, que nos permitieron acercarnos a la forma de vida de algunas de estas personas. 

La primera parada fue en una casa de una familia de alfareros musulmanes en la que nos explicaron e hicieron una demostración de su trabajo. En cuestión de cinco minutos, uno de los hijos de la familia, de aproximadamente nuestra edad, se hizo delante de nuestros ojos un pote, una hucha y un jarrón. A continuación nos estuvo enseñando todo lo que tenían hecho por si queríamos comprar algo, bromeó un poco con nosotros y nos despedimos de él. El alfarero nos contó también un dato curioso, y es que los españoles son los cuartos que más visitamos la India, sólo por detrás de Francia, Estados Unidos y Reino Unido.

Nuestra siguiente parada fue mucho más "pintoresca". Entramos en una aldea bishnoi, nombre que significa 29, ya que ese es el número de principios que rigen su comportamiento. 
Primeramente nos enseñaron parte de la casa y sus cosechas, que cultivan en las épocas de lluvia y de las cuales viven todo el año. Una de las hijas nos ofreció un té y, como buenos invitados, decidimos aceptarlo.

A continuación nos fuimos a una especie de cobertizo con el jefe de la familia a hacer un ritual que calificaron de "muy especial". Así, observamos y escuchamos en silencio cómo este hombre preparaba una mezcla de opio y la consagraba, o algo así, a los dioses y luego nos la ofrecía a nosotros.

La verdad es que a priori nos dió bastante respeto el tema de meternos allí sustancias opiáceas en el medio de la nada pero, cuando nos quisimos dar cuenta ya estábamos consumiendo lo que este hombre nos ofrecía. Yo creí sentir que se me iba la cabeza pero resultó ser sólo por causa de los pesados 10m de tela que me habían puesto a modo de turbante en la cabeza. La verdad es que en las horas que siguieron no sentimos nada especial...


El siguiente fue un tejedor de duris, que son una especie de alfombras que se hacen a mano y se pueden usar por ambos lados. Nos demostró como confecciona su trabajo y nos enseñó una muestra de sus últimas creaciones. Muy interesante pero muy caro para nuestros bolsillos y muy pesado para nuestras mochilas.

Por último, paramos en una fábrica de telas y pashminas. En este caso la verdad que fue una parada sin más y parecía más concebida únicamente para que compráramos que para mostrarnos nada de especial.

Después de que nuestro guía nos dejara en el palacio de Umaid Bhawan, el cual se aprecia casi más desde lejos que in situ por lo poco que está abierto a la visita de turistas. Cogimos un tuktuk de cuatro plazas y nos fuimos al fuerte.

Oh cuál fue nuestra sorpresa y mi desilusión cuando nos dijeron que en el fuerte se estaba rodando una película. Tratamos de localizar a nuestro amigo Platnic, el cazatalentos pero no hubo suerte... 


Así que allí nos quedamos, viendo las vistas de Jodhpur desde el fuerte, muy bonito, y visitándolo con la música del rodaje de fondo. 

La verdad que aunque de lejos disfrutamos del rodaje y la música, la cual tengo grabada para shazamear tan pronto pueda y ponérmela de politono en el móvil, y además Luis se consiguió aprender el baile de la escena. Por cierto, por lo visto la película en cuestión esta protagonizada por una India muy conocida en Hollywood con H, a quien vimos llegar al lugar del rodaje, mientras nosotros nos tratábamos de colar, rodeada de seguridad y tapada por un paraguas.

No hubo suerte, seguimos sin ser estrellas así que continuamos nuestro paseo y salimos del fuerte con destino al centro para comer por la zona del hotel.
Luis decidió innovar una ruta alternativa y, si bien consiguió llevarnos al hotel sanos y salvos, nos llevó por un camino de calles estrechas en las que los olores se metían por todos los poros de tu cuerpo. Por un lado es también una realidad de estas ciudades pero no puedo esconder que nos resultó bastante desagradable.

Después de comer en un sitio típico, volvimos al hotel donde nos estaba esperando Padam, nuestro chofer.

Ahora es de noche y estamos llegando ya a Jaisalmer. Nuevamente hemos pasado grandes peligros en la carretera pero los hemos superado todos. En esta ocasión se ha tratado de unas barreras de un paso a nivel que nos pararon para dejar pasar al tren, Luis aprovechó para practicar el baile que aprendió esta mañana en el rodaje; una familia de camellos que casi nos llevamos por delante y la novedad de conducir de noche. A mí me pueden decir lo que quieran, pero en lo que a conducción se refiere este país me parece temerario y sin respeto ninguno por la vida, sin embargo, cada vez que parece que nos vamos a dar de frente contra un animal, vehículo o persona, algo dentro me dice que no va a pasar nada, y, por lo menos hasta ahora, así es. Es peligroso de todos modos, sí. En cualquier caso, Jorge es ya el único que permanece despierto y justo ahora que estaba terminando esta entrada un chacal se acaba de cruzar corriendo por delante del coche. Bienvenidos al desierto.

Seguiremos informando.


(Para tranquilidad de todos nuestros fans, en el momento de publicar esta entrada hemos llegado a Jaisalmer sanos y salvos hace horas).

No hay comentarios:

Publicar un comentario