viernes, 16 de agosto de 2013

Sentimientos contradictorios

Por fin estamos en nuestro último vuelo sobrevolando los Alpes suizos en nuestra vuelta a España, que si todo va bien se producirá sobre las 9,20 de la mañana.

Han sido dos semanas. Corto, muy corto, pero ahora sí nuestro viaje a la India ha llegado a su fin y nos llevamos un montón de experiencias y recuerdos. Pero además, también un montón de sentimientos contradictorios, que quizá se aclaren viendo las cosas en unas semanas con la perspectiva del tiempo.

Y es que volvemos adorando y odiando a este país. Por un lado nos queda el recuerdo de sus gentes, sus paisajes, su cultura... pero al mismo tiempo también el de su suciedad, los continuos intentos de estafar a los turistas, el caos... 

Volvemos a casa con pena de dejar tan pronto lo que hemos conocido estos días, pero al mismo tiempo con ganas de recuperar la tranquilidad, limpieza y comodidades europeas, de nuestra sociedad occidental.

Algunas escenas que hemos vivido te hacen pensar cómo cosas a priori tan básicas pueden ser tan diferentes en dos puntos del planeta. No somos culpables pero muchas veces tampoco somos conscientes.

Sobre todo, hemos conocido otra forma de ver la vida que quizá nuestra avanzada sociedad de Occidente había olvidado.


Tengo que hacer el esperado agradecimiento a Jorge por su papel, realmente logrado, de fotógrafo oficial del viaje y del blog. El agradecimiento llega después de ser tantas veces solicitado durante las últimas dos semanas por el interesado, pero merecidamente llega.

Pero esto no se puede limitar a él en exclusiva. De ningún modo. Aplica exactamente por igual a mis tres amigos y compañeros de viaje, sin ninguno de los cuales podría haber sido igual el periplo. Para mí ha sido grande.

Y es que pudimos habernos convertido en estrellas de Bollywood, hemos sido desalojados por el ejército de un hotel en plena noche y nos hemos sentado ante el gran Taj Mahal, hemos sido timados en repetidas ocasiones, nos han comido los mosquitos y sufrido los efectos de la comida India, montado en camellos, tuktuks y elefantes, dormido en el desierto, probado el opio y el tandoori chicken y, ante todo, hemos conocido, aunque sea mínimamente, la realidad india.

Dicen que los momentos no se valoran hasta que se convierten en recuerdos. Son recuerdos contradictorios. 
Ahora toca volver a la rutina y sólo el tiempo nos dirá qué y cómo lo recordaremos y si acaso volveremos alguna vez... Quién lo sabe.

Esta vez no seguiremos informando. Ha llegado el momento de hacer cambio y corto. 
Al menos por ahora.

Hasta pronto.

Bou, Pupas, Toni y Luis.

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