martes, 6 de agosto de 2013

Expertos de Udaipur

Estamos ya de camino a Jodhpur con nuestro nuevo chofer que se llama algo así como Yalmandal. Por no variar en un viaje de estos, soy el unico despierto, así que mientras temo por nuestras vidas por la conducción temeraria de este país habrá que completar la historia de nuestro paso por Udaipur. Lo que si está claro es que estos indios son los mejores conductores de todo el mundo, porque a cualquiera de nosotros nos ponen en una de estas carreteras y duramos lo que un suspiro...

Nuestro día comienza con el café que nos sirvió la gerente de nuestro hotel en Udaipur, holandesa hasta la cepa, rubia y bien nutridita. Después de que nos explicara los principales atractivos de la ciudad salimos a patearla de arriba a abajo y lo cierto es que, para haber estado un único día recorriendola, nos hemos hecho bastante expertos en Udaipur.

Lo primero que hicimos fue ir a visitar el city palace donde entramos bastante baratos gracias a nuestros carnets universitarios, todos salvo uno que dado que no se lo trajo -que la verdad no lo culpo- y su voluminosa cámara de fotos-por la que hay que pagar entrada-  nos está fundiendo el bote con el pago de sus entradas, pero se lo perdonamos sin mayor problema por lo bien que está haciendo su papel de Peter Parker.

Dentro, el palacio fue definido por sujeto 0 y Pupas como un palacio a imagen de la Alhambra pero en versión cutre, sucia y descuidada. Luis y yo podemos llegar a ver algún parecido, pero no estamos del todo de acuerdo con esa afirmación. 
A mí me gustó e hice una buena inmersión cultural en las historias de palacio.

Por desgracia, en este caso no se puede decir lo mismo de todos...

(Inciso: estos tres van durmiendo y yo temo por ellos cada vez que nuestro coche Tata esquiva una culebra, una vaca, una moto o, como en este último caso, un tren...)

Al salir del palacio nos dirigimos a tomar un bote que nos llevara a dar un paseo por un lago. En el lago se encuentran dos de los palacios de verano, uno de ellos convertido actualmente en hotel de lujo, del príncipe del Rajasthan, cuyo padre, dicho sea de paso, se encargó de hacer un par de feos al rey Jorge V en sus visitas a la India. Mal.

Buscando los botes, nos perdimos por unas callejuelas que llegaban a un muelle. Y una vez perdidos, nos cayó una lluvia y volvimos a encontrar el camino correcto al embarcadero de palacio. 


Dimos, como esperábamos, una vuelta por el lago, lo cual nos dejó ver unas panorámicas muy buenas de varios rincones de la ciudad y desembarcamos en una de las islas, por donde dimos un paseo y poco más. 

Eso sí, no creo que a sujeto 0, a quien de repente vimos corriendo con los brazos en alto en la otra punta de la isla, se le olvide fácilmente la avispa escarabajo del tamaño de un elefante que se le acababa de posar encima. Además de eso sólo es digno de mención nuestra discusión sobre fotografía moderna avanzada; de repente y sin saberlo nos hemos revelado como unos auténticos expertos en la materia.


La comida fue ya en tierra firme aunque justo al lado del río, en un local llevado por una coreana que empleaba a un indio que era fan de Joaquín Sabina y Ojos de Brujo. 
Menú del día: Chicken masala para sujeto 0 y Luis y spaguettis con tomate y queso para el resto.


Por la tarde callejeamos por la ciudad, hicimos fotos, tomamos un té en un roof top de la ciudad e hicimos alguna compra. 

En determinado momento confieso que tuve que salir de una tienda por miedo, cuando creí que el regateo había llegado demasiado lejos y que se avecinaba un mal de ojo. Yo no quiero de eso que seguro voy servido. Al final fue en esa tienda en la que más compramos y resultaron ser un grupo de indios entrañables.

Conocimos a otro grupo de locales que hablaba español, y un niño se quiso hacer una foto con nosotros y nos dijo que era su foto favorita, su foto con españoles. Acto seguido nos pidió una moneda, pero su padre, que hablaba un casi perfecto español, creemos que lo reprendió y el crío se fue antes de que le pudiésemos dar nada.

Por último, nos costó, pero encontramos un buen sitio para cenar donde, como ya puse ayer, comimos indio, bien picante, y no dejaron de sacar cerveza...

Y así se terminó nuestro día y nuestra estancia en Udaipur, aunque realmente ésta terminó esta mañana cuando nos recogió Yalmandal y partimos hacia Jodhpur. Pero eso ya es otra historia.

Voy a concentrarme en la carretera que no quiero que este hombre se distraiga entre llamada y llamada de las muchas que recibe.

Seguiremos informando.

3 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. Abuela Bouzas espera impaciente el próximo capítulo de las magníficas aventuras de bou, pupas, Toni y Luis donde Vasco de Gama perdió el sombrero!

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  3. Dime que hay foto de Toni corriendo con los brazos en alto.....

    Besos
    Ali

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